05 abril 2006

Recomendación Educativa

A quien le interese aprender algo acerca de trabajar en los medios, le cuento que empecé un cursito de periodismo que está bastante bueno.

Es en un instituto en Santos Lugares, nada oficial, pero te cantan la justa (o al menos eso parece). Lo dirige Grondona (el de Hora Clave, no el de la AFA, ¡cuac!) y se está armando un plantel de profesores grossos grossos.

La cátedra de "Speech y Oratoria" la da Bonelli, el del noticiero de Canal 13. Recién empiezo, pero se nota que es una clase intensa, de esas que te tienen con la cola al borde de la silla y comiéndote las uñas de la emoción de aprender cosas nuevas y útiles. Hay un curso corito e intensivo de Periodismo Deportivo a cargo de Tití Fernandez. Yo no soy fanático del deporte, pero hay que saber de todo en la vida, como dice Tití. Y miren que él sí que sabe.
Hay otras materias y otros profesores. Jorge Jacobson te enseña a pararte en cámara usando un banquito sin caerte. Lía Salgado nos va indicando, entre otras cosas, de qué forma sutil pero firme hacer que dos invitados se agarren a trompadas. Alejandro Fantino tiene una materia entitulada "Relatos de Fulbo y el abuso de la Rimbombancia Semántica". Pero lo mejor, lo que me llevó ahí, lo que me hace gastar cerca de $400 por semana y viajar a Santos Lugares, es el maestro.

Mariano Grondona está hace rato, eso todo el mundo lo sabe. Incluso durante la Dictadura, nunca dejó de informarle al pueblo lo que pasa. Desde que voy a su Instituto aprendí algunas palabras en latín (las básicas, como "Troiana Fabula clara est", algo como para que el ignorante que mira televisión crea que está absorviendo cultura).
Fundamentalmente, Mariano nos enseña con lujo de detalles las visicitudes de la audiencia. Es un gran conocedor del público, de lo que la gente pueda llegar a entender, a opinar y, como siempre dice, " entender lo que el público pueda hacer por la gente que nos auspicia". Si algo hace falta en la tele, son más de esas telencuestas de Hora Clave. Hay que tener tal maestría, tal delicadeza, para influir en las respuestas a través de las preguntas, que no creo que aprenda nada más importante. Sin embargo, también es interesante saber qué proporción de panelistas que nos lleven la contra invitar para parecer pluralistas (un 5, un 10 porciento, dependiendo del caso). Se sabe que si uno pone demasiada gente que piensa distinto queda mal parado, así que ese es otro punto clave. La que a mi más me gusta es la instrucción que nos da de Divague. El Redondeo, El Estire, La Vueltería, son funciones fundamentales del periodista moderno actual, y si no las aprendemos bien, nunca vamos a poder trabajar en los medios como corresponde.

Al que quiera venir, lo invito. Es en la Calle Echeandía al 68, en Santos Lugares. Ni hace falta llamar antes, cayendo con la guita y diciendo que vienen de parte de Ofidio alcanza.

Salutti a tutti.

Dr. Vaporeso

03 abril 2006

GRANDES PENSADORES. Hoy: Marcelo Tinelli.

DR. OFIDIO VAPORESO: Antes que nada déjeme preguntarle, ¿como está Laurita?
MARCELO HUGO TINELLI: Mi mujer se llama Paula. Paula Robles.
DRV: Lo sé. Preguntaba por su amante.
MHT: ¡AH! Laurita está bien. Desde que le puse un depto en Glew está contenta. Pero sigue hinchándome las bolas con que me separe de mi mujer y le reconozca los tres hijos que le hice. Estas minas... son todas iguales (risas).
DRV: Menos la vieja, ¿no? (más risas)
MHT: ¡JA! Hablá por la tuya, que la mía es tan pero tan puta que hay que agarrarla del pelo y casi arrancarle el cuero cabelludo para que deje de chupar.
DRV: Sí, la conozco de mis vueltas por Bolívar. Se podría decir que sos un reverendo hijo de puta, ¿no?
MHT: Definitivamente. Si lo de reverendo lo decís por los años que pasé en mi juventud haciendo el seminario, te confieso que ahora que lo tengo todo y soy el rey del mundo extraño esas épocas. Cuando era desconocido podía hacer cualquiera en el monasterio, desde mear el agua bendita hasta violar monagillos de a tres. Pero bueno, la fama y la fortuna no vienen solas. Es una gran responsabilidad ser alguien reconocido, y no se puede tomar a la ligera el efecto que provoca en la gente todo lo que hace uno.
DRV: Hablando de efecto y gente, ¿estás a favor o en contra del rating pagado?
MHT: Bueno, ese es un tema delicado. Ahí lo que rige más que la moralina es el hecho de que muchos lo hacen. Es decir, el rating es una mentira tan grande y fulera que el que tiene unos mangos inclina soberanamente la balanza. Y te ponés a pensar, si los demás lo hacen, ¿por qué yo no? En cuanto a decir que estoy a favor, nunca lo voy a hacer, porque si la gente sabe que la gente no me ve más, los pocos que me siguen viendo van a recapacitar. Prefiero llamarme al silencio y sólo decir que tengo mucha, mucha plata.
DRV: ¿Qué preparaste para Showmatch 2006, por primera vez en Canal 13?
MHT: Me corté el pelo.
DRV: Ahá.... (silencio)
MHT: Nada más. El resto es el mismo programa que vengo repitiendo desde 1995.
DRV: ¿Cómo que el mismo?
MHT: Sí, el mismo, total los pelotudos de mierda que me ven ni se dan cuenta. Lo que hago es cambiarme el look y listo. Ya hace tres años que ni cambio la música para entrar. Ni el saludito final. Ni los sketches. Ni sumo actores. Actores, bah, mis pichis. Son bastante maleables, y eso me permite explotarlos sin que protesten. Es un ambiente laboral bastante propicio para la reiteración.
DRV: ¿Y hay nuevos personajes, al menos?
MHT: Algo así. Estamos reflotando a Riquelme en el control y el enano Gula Gula va a jugar conmigo al basquet por guita. Este año en vez de tragarme un alfajor entero me trago dos. Y Larry the Clay ya no cierra el Show del Chiste. Ahora lo cierra Hijitus.
DRV: ¿Y Luciana Salazar?
MHT: Obvio. Si algo de rating verdadero tuve el año pasado fue con Luli. Este año directamente va a estar en bolas todo el tiempo. Y va a tener el papel que tenía Angie hace unos años: productora figuretti... pero, en bolas.
DRV: ¡Uh! ¡Entonces lo voy a ver!
MHT: Bueno, gracias.
DRV: No hay de qué.


Marcelo Tinelli: mismo Show, nuevo look.