16 diciembre 2005

No paguemos la deuda. Así, de frente manteca.

No, señor. No paguemos la deuda. Algunos crédulos piensan: "Bueno, al menos después de pagar no nos van a poder presionar más" o "No hay peligro de quedarnos sin fondos y tener que salir a pedir más guita porque Kirchner sabe lo que hace".

¡No, señor! No sea boludo, buen hombre. No sea paparula, doña. ¿Cuándo, que usted recuerde, el gobierno argentino de turno hizo algo bien? Se lo respondo yo, que leo el Buenos Aires Herald: nunca. Hay que volver a ver los programas de Lanata que haya grabado, y se dará cuenta de la verdad: que ningún funcionario público es bueno, que son todos garcas, y que para llegar a tener más poder que los demás hay que ser más garca y más narco y pedofílico que todos los demás. Es sentido común, y a eso no hay con que darle.

Si los gobernantes hubieran sido justos y eficientes, no habría ricos. Y sin embargo, los hay. ¿Ud. pensó en eso? ¿Eh? Son todos garcas, y no importa lo que hagan, están confabulados para garcarnos de arriba de un poste. ¿Pagar la deuda? ¿Toda junta? Si usted cree que esta movida no tiene gato encerrado es que no aprendió nada de nada. ¿Vive en un termo? ¡Si siempre nos terminan cepillando cuando menos nos damos cuenta!


Por eso, mi política con respecto a la política es que siempre hay que estar en contra de todo y de todos. Nada de favoritismos. Si un funcionario dice una cosa, seguro que está cuidando sus propios interéses y nos quiere garcar. ¡Dígale NO! Si otro funcionario se le opone, seguro que también está cuidando sus interéses y nos va a garcar. ¡Dígale NO también!

Digale no a todos, no vote a nadie, y sobre todo, no escuche ni vea a nadie por la tele, que es un medio corrompido por la corrupción que deja bien parados a los peores y mal parados al resto de los garcas. Si puede, evite también leer el diario (salvo que sea el Buenos Aires Herald). Tranque la puerta y no compre nada. Cultive todo en el balcón. Y el agua de la canilla, ¡que se la venga a cobrar montoto! Desconfíe de todo y de todos, que nunca se sabe hasta dónde llegan las confabulaciones de estos sátrapas.

Por último, si usted se rehusa a alguna política y el gobierno da marcha atrás, proteste por la marcha atrás, que es típico del carácter del político argentino: un cagón.

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